El Mini Cooper fue un obsequio que el astro le hizo a Verónica Ojeda en julio de 2009, pero que solía conducir el propio Diez en sus idas y vueltas al predio de Ezeiza, cuando entrenaba a la Selección Argentina. En la actualidad, está en Mar del Plata, ya que fue adquirido por el empresario Cristian Pugliese.
El azul brillante resalta aún más en la costa de Mar del Plata, al sol del mediodía. Por su color y modelo, para cualquier maradoniano el auto resulta inconfundible: es el Mini Cooper que Diego Armando Maradona solía utilizar para dirigirse al predio de Ezeiza, en sus días como entrenador de la Selección Argentina.
Corrían aquellos días de julio de 2009 cuando el Diez parecía haber encontrado cierta paz. En ese momento, se había recuperado de sus adicciones y convivía con su pareja de entonces, Verónica Ojeda. A ella, por su apoyo diario o tal vez simplemente en demostración de su amor, decidió regalarle el vehículo que hoy está en “La Feliz”.
El derrotero del rodado de la compañía alemana BMW hacia Mar del Plata se hizo conocido en los últimos días, cuando un joven vinculado a la nocturnidad de la ciudad dijo haberlo adquirido sin dar mayores precisiones. Ahora, LA CAPITAL logró dar con el automóvil, que se encuentra en poder del empresario Cristian Pugliese, fundador de la firma Polacrin.
Cristian Pugliese en el auto de Diego. Es la misma foto que le tomaron a Maradona en sus días como DT de la Selección.
Según contó Pugliese en un encuentro con este medio, decidió comprar el Mini Cooper que perteneció a Ojeda y a Maradona luego de enterarse de que el mismo se hallaba a pocas cuadras de su propia casa, en el barrio Los Troncos. “Se lo compré a un amigo que es de acá de Mar del Plata. Estaba acá y yo sabía que había sido de Maradona. Lo pagué más porque era de Maradona y soy fanático de Maradona, más allá de que soy hincha de River”, explicó en la entrevista.
Y agregó: “Igualmente está impecable. Tiene 36 mil kilómetros… La primera dueña fue Verónica Ojeda, aparece en el registro de dominio (que exhibe durante el reportaje) y después fue de una familia. Lo compré para usarlo pero ahora no lo quiero usar, me da lástima”.
Si bien no quiso revelar puntualmente cuánto dinero le costó el vehículo, Pugliese reconoció que tuvo que desembolsar una suma millonaria en pesos. Ahora, si bien no lo quiere utilizar demasiado, el empresario tiene la idea de exhibirlo en alguno de sus locales o en un determinado sitio a definir llegado el caso, para que la gente pueda verlo y fotografiarse.
“Estuve ahora hace poco en Londres cuando fue la final con Italia, porque con la empresa somos sponsor oficial de la Selección Argentina. Y ahí surgió un pedido de un napolitano que ahora me lo quiere comprar. Mi pasión es el marketing, así que quiero que en el verano el auto esté expuesto en algún lugar para que los que quieran se saquen fotos”, concluyó.